GANAR NO ES LO
ÚNICO
Hace muchos años un entrenador de fútbol muy
conocido y de no muy buena reputación personal, argentino él, dijo; “ganar no
es lo más importante, es lo único”.
Actualmente, en nuestro país, un periodista
multideporte, de similar reputación pero uruguayo, suele utilizar esa misma
frase que ilustra en definitiva una forma de entender el deporte y la vida y
justifica comportamientos muy comunes en el fútbol y por suerte, no tanto en el
básquetbol.
Trouville perdió merecidamente la final de la
Liga Uruguaya 2014/2015. Con casi todos los partidos, por no decir todos, a
estadio lleno, con entradas agotadas, con las 2 hinchadas pegadas entre sí y en
el último partido inclusive mezcladas en un sector del primer anillo.
Nunca se dijo por los altoparlantes la
consabida frase “la parcialidad del ganador/perdedor/o tal equipo deberá
esperar 15/20 minutos antes de retirarse”.
Nunca debió intervenir la policía para calmar
a la gente, por el contrario, contribuyó con su llegada tardía al escenario a
la impaciencia del público de ambos equipos que temprano querían ingresar al
Palacio.
Las únicas veces que algún grupito mínimo de
un lado o del otro elevaron su tono hacia el rival, o el presidente de una
institución, o un propio jugador referente, o en el otro caso, la indiferencia
del resto de la parcialidad, hizo apagar toda incorrección.
Nadie fue con miedo de ser agredido a los
partidos, todos nos retiramos cruzándonos con parciales del otro equipo, con
distintivos, y no hubo ni un problema.
La gente de Malvín festejó su título, mientras
que por algunos minutos, la gente de Trouville aplaudía y cantaba la actuación
de su equipo. No se gritaba mirando para enfrente provocando, se alentaba a los
equipos propios.
Estuvo desbordada la capacidad del Palacio, en
especial en los últimos juegos, sin embargo esto no fue excusa para ningún
incidente.
Todo esto no pasó hace 20, 30 años, pasó este
último martes, aquí en nuestro país, con nuestra gente.
Por supuesto que la gente de Malvín celebró y
seguirá celebrando un nuevo título y el hincha de Trouville se fue mascullando
bronca por la derrota pero orgulloso de la gran campaña del Rojo. El deporte
siempre da nuevas oportunidades y Trouville esperará la suya.
Respetó el ganador y respetó el vencido, como
debe ser en el deporte. Sin meter la pesada, sin insultos, sin agravios, sin
provocaciones. Sin presionar a los jueces. Sin dirigentes que encubren a los
falsos hinchas del club.
Por 3ra. vez en la historia, si mal no tengo
entendido (1944, 1973 y 2014) Trouville obtiene el título de subcampeón. Ya
todos sabemos que en un par de oportunidades, 1945 y 2005, salió campeón.
Pero pese a la derrota, ¿qué hincha de Trouville
olvidará todo lo que se disfrutó esta temporada?
Nadie, estoy seguro, se olvidará de:
- - las vicisitudes que tuvimos que
pasar con las sucesivas lesiones de Martín, el Pepo y Cocochito
- - que éste fue el año en el que el
Rana pegó el gran salto y se consolidó como un muy buen jugador también en
ataque
- - la mejor pareja de extranjeros que
hemos tenido como lo fueron Néstor y Kevin
- - la calidad y la asombrosa
recuperación de su fractura del Pepo Vidal, producto de su gran corazón y del
excelente trabajo del cuerpo médico y físico del club
- - el liderazgo del capitán Joaquín,
que cuando las papas quemaban apareció siempre
- - que nadie, absolutamente nadie de
la prensa nos daba como favoritos ante Defensor Sporting y los eliminamos en
cuartos de final
- - que ante Atenas la cosa estaba más
repartida pero que nadie, absolutamente nadie de nuevo, nos daba barriendo al
Nº 1 de la SuperLiga con total autoridad en semifinales
- - que por unos días tocamos el cielo
con las manos luego de ganarle a Malvín el primer juego con una gran actuación
y haciendo rever a unos cuantos ese neto favoritismo, que en este caso, quizás
justificadamente, le habían dado a los azules.
Tuvimos, los hinchas, por unos días luego de
ese triunfo, la alegría e ilusión, por dentro, de ser campeones, aún sabiendo
que no se había ganado nada y que lo que se venía iba a ser muy complicado como
lo terminó siendo.
Ya éramos campeones en ese campeonato que uno
juega para dar lo mejor de sí, para dejar todo en la cancha, para luchar contra
un rival mucho más poderoso económicamente y que se había armado con ese
objetivo, mientras que la prioridad de Trouville era llegar a semifinales, es
decir mejorar lo que durante tantos años se nos había negado. Atrás quedaron
nuestros vencidos, Defensor Sporting y Atenas, pero también otros poderosos de
billetera como Macabi y Aguada.
¿Quién se va a olvidar del quinteto titular
con el Pepo, Rana, Joaco, Néstor y Kevin, con el auxilio del banco de Manuel,
Cococho, Diego y Nando?
¿Quién se va a olvidar de Tito, de Isis, del
Cone, del Dr. Zarrillo y de Karina, los que empujaron desde la parte técnica,
física y médica para llegar a este vicecampeonato?
¿Quién se va a olvidar del trabajo de
dirigentes y no dirigentes, buscando recursos para el club, organizando las
fiestas de los Play Offs, atendiendo toda la temporada a los extranjeros,
apoyando a todos los jugadores, dando, dentro de las posibilidades, todas las
herramientas para la mejor campaña posible? Y lo más importante, contribuyendo
a mantener el espíritu del club, no permitiendo desmanes, excesos y todo
aquello que fomente la violencia. Algo de lo que algunas instituciones deberían
tomar nota, porque realmente si se quiere, se puede. No va más aquello de ganar
por ser más hombre, eso es mentira y una vez más quedó comprobado.
Quién se va a olvidar del Tibu el multitarea,
de Daniel y de Fernando, los delegados de mesa del rojo.
Por eso, quien dice que ganar es lo único no
entiende la esencia del deporte, lo que es Trouville, lo que son los valores de
la vida misma.
Esta vez acompañado de un gran resultado
deportivo, pero como siempre, orgulloso de ser trouvillense.
@AnibalRamela