De nuevo a lo anterior...

Quién nos entiende? De 109 pasamos a 57. El aro pasó de inmenso a diminuto. El juego, de colectivo y efectivo, a inexistente y anodino.
Quizás el bochornoso calor con que nos recibió Salto haya tenido algo que ver. O el propio estadio Bernasconi, con sus particulares aros, piso duro y nula circulación de aire. Puede ser que ellos estén acostumbrados... Puede ser, pero no basta para explicar la pobrísima actuación del equipo.
En un primer tiempo parejo, no supimos capitalizar las oportunidades, y terminamos abajo 29 a 33. Gordon James fue el goleador, y Martín y el Rana arrimaron algunos puntos.
Comenzamos bien el segundo tiempo y en un minuto ya los habíamos pasado. Y ahí volvió a aparecer el "síndrome del tercer cuarto". Nos frenamos en la cancha. Nos plantaron una zona y no supimos cómo enfrentarla. Dependimos entonces del tiro exterior, y en ese rubro -y en casi todos los otros- Juliano fue nuestro único exponente. Comenzamos a deambular por la cancha, y pese a que Ferro no era, ni es, gran cosa, se nos empezaron a ir. Y se nos fueron, se nos fueron , y chau. No apareció rebeldía ni individualidades, ni fortuna, ni nada. Y perdimos, así nomás, sobonamente.
Vamos a esperar que contra Cader, el sábado, vuelva el juego que nos alegró en el partido contra Tabaré. O por lo menos, que ganemos.

AB