sábado, 18 de octubre de 2008

contra Tabaré, jugamos bien, perdimos mal

El partido se jugó bien, fue favorable a Trouville durante 35 minutos y de la mano de los jueces el punto quedó en el Parque Batlle.

Sin intenciones de profundizar mucho en un comentario que nadie va a tener muchas ganas de leer, les cuento que fuimos ganando casi todo el partido. El primer cuarto fue nuestro, con formación inicial igual que contra Defensor (Mauricio, Juan Manuel, Levi, Ollie, Bouzout) salimos con todo y terminamos arriba 25 a 19.

El segundo cuarto fue también favorable a nosotros aunque nos achicaron la diferencia, entraron Martín, Juliano, el Chato y unos segundos de Matías Pepe, terminamos arriba 47 a 44, con dos libre que embocó Caneiro con foul inventado a falta de 0,1 segundos.

En el entretiempo, sin jugar nos descontaron un punto y salimos a la cancha sólo con dos puntos de diferencia.

Seguimos jugando bien, a veces exasperados con el pésimo arbitraje del juez Pedreira, que no es novedad que sea malo, pero al menos cuando es malo parejo no preocupa, complicado es cuando los errores terminan ayudando al otro cuadro. El tercer tiempo lo terminamos arriba 72 66.

En la segunda mitad del último cuarto vino la debacle, cuando a los errores (¿?) de Pedreira se sumó la actitud sobradora de Hebert González, que vaya a saber uno con que objetivo (supongo que algún beneficio le generará) favoreció a Tabaré en tres jugadas seguidas para que pasaran al frente y terminaran llevándose el punto.

Un final lamentable para un partido bien jugado. Cuando aparecen jueces que carecen de capacidad para impartir justicia o deliberadamente buscan favorecer a un equipo terminamos masticando la bronca y pensando que por la actitud de los jugadores debimos ganar el partido legítimamente.

Nos vemos el martes en Tabaré, frente a Cordón.

DR

1 comentario:

Anónimo dijo...

Daniel, me parece que estuviste demasiado moderado en tu comentario sobre la actuación de los jueces. Lo del Negro González fue una vergüenza. Una vez más este tipo, con mala leche y gozándola, nos cagó en los últimos minutos. Se hace el macho, pero evidentemente es tremendo cagón, sacapartidos para no complcarse.

Un abrazo,
Pablo